Arthur y Pretrushka se conocieron cuando tenían 17
años, ambos vivían en un barrio de clase media en la comuna de Providencia, de
inmediato congeniaron, eran muy simpáticos buenos para la chacota y
extrovertidos. Arthur comenzó casi de inmediato a frecuentar el departamento de
la muchacha, cayendo muy en gracia a los
padres y hermanas de ella… la verdad que Arthur se enamoró perdidamente de la joven, ella en cambio, se dejaba querer, pero no hacia ningún tipo de
demostración. Todos los que conocían la
relación sabían que era una muy linda
amistad, Arthur a pesar de su extrovertida personalidad no encontraba el
momento adecuado para declarar su amor a la simpática Petru.
Pasaron los meses
y el amor del joven por la señorita se estaba volviendo casi doloroso,
necesitaba decirle a ella y a los cuatro vientos cuanto la amaba, al no poder
hacerlo literalmente se estaba ahogando, ya no podía contener en el pecho a su corazón,
iba a estallar en cualquier momento… fue
en uno de esos días que estando de visita en casa de la Petru se enteró que,
pronto estaría de cumpleaños.
Se preparó con
anticipación, y lo primero que hizo, fue recorrer todas las tiendas de Lyon,
Drugstore, el Dos Caracoles, una semana se demoró en escoger lo que él pensaba
era el mejor regalo para ella, luego fue por el mejor traje que podía pagar, se
compró el perfume que más le gustaba, y
que en alguna oportunidad la Petru le comento que le agradaba, a continuación
fue a la peluquería y se cortó el cabello, solo faltaba un día para el
cumpleaños.
Esa noche casi no
durmió, repaso una y otra vez lo que le diría a su amor, cerca de las 5 de la
mañana, por fin se durmió. Cuando despertó lo primero que hizo fue mirar el reloj, eran
pasadas las 11:00 am dio gracias a Dios
que el cumpleaños coincidiera un día
domingo, se levantó tranquilamente hizo la cama y ordeno la ropa que se
pondría esa tarde, a pesar que los zapatos eran nuevos igual les saco brillo,
puso en la pequeña cómoda todos los implementos para después del baño; la
peineta, el desodorante y el costoso perfume, se preparó desayuno, leyó el
periódico del día, la verdad es que no
pudo leer, su mente estaba como a tres cuadras, en casa de la Petru, que por cierto
a esa hora ya comenzaban los preparativos para la pequeña fiesta de esa tarde, sus
dos hermanas la ayudaban en todo, Buty la menor y Bridges la mayor, esta última tendría una historia de amor que la seguiría por toda su
vida, pero esa es otra larga historia.
Cuando Petrushka, vio entrar a Arthur con un gran ramo de rosas y un enorme regalo, vestido como para un matrimonio se percató que algo malo ocurría esa tarde, lo recibió con mucho cariño, con las típicas tallas, con un gran abrazo pero lo rehuyó toda la tarde, Arthur se dio cuenta y no entendía nada, sufría en silencio con el temor de que no pudiera declarar su amor, lamentablemente eligió el peor momento para hablarle, pidió la palabra en el brindis después de apagar las velas, la verdad es que Petrushka no escucho nada, se sumergió en sus pensamientos, cabeza gacha, espero que terminara de hablar, dejo suavemente la copa en la mesa y sollozando caminó a su cuarto, Arthur, que no entendía nada, preguntaba a todos que es lo que ocurría, Bridges que si lo sabia, corrió detrás de su hermana. Mientras tanto, en la pequeña sala, todos trataban de consolar a Arthur al que por primera vez lo veían triste, media hora después salieron del cuarto las dos mujeres. Petrushka tomo de la mano a Arthur y lo llevo a la pequeña terraza, con la voz entrecortada La Petru le dijo a Arthur: “tenemos que hablar”.
Te contare algo que solo mi
familia lo sabe, y es el motivo por el cual no puedo aceptar tu proposición, y créeme
que estoy segura que si las cosas fueran diferentes, yo sería la mujer más
feliz, dichosa, y bendecida de este mundo en ser tu esposa, tu mujer, eres un
hombre maravilloso y cualquier mujer sería muy feliz contigo, te pido perdón de
rodillas si yo fomenté o te hice creer otra cosa, si con mi actitud hice crecer
en ti otro tipo de amor, yo no puedo darte más que amor de hermanos de amigos,
ya que a mí no me gustan… o más bien a mí, (dejo pasar un largo silencio), a mí
me gustan las mujeres” los ojos de Arthur
se abrieron el doble de tamaño, por un momento le flaquearon las piernas, Petru
tuvo que ayudarlo a sostenerse, se sentó, y lloró y lloró como nunca había
llorado, después de un buen rato, se puso de pie, tomo su chaqueta y se marcho, no lo
volverían a ver después de mucho tiempo. Con los años, Petru, se enteró que se
había casado, se alegró al saber que había encontrado el amor en otra mujer.
Pasaron 10 años y justo en el día de su cumpleaños Arthur llego con un ramo de rosas al departamento de la Petru, el reencuentro fue bombástico, ambos saltaron de alegría como un perro que se reencuentra con su amo, se miraban y pedían perdón mutuamente, estuvieron por muchos minutos abrazados llorando. Después de un rato volvieron a ser los de siempre, compinches, yuntas, extrovertidos, buenos para la chacota, y así fue por el resto de sus vidas, Arthur llego todos los años a saludar a Petrushka en el día de su cumpleaños, y cada vez le recordaba que la seguía amando como el primer día, claro que ahora la Petru lo tapaba a tallas ya que él estaba casado. Sin embargo Arthur, en cada cumpleaños, discretamente, preguntaba si la Petru estaba con alguien, la respuesta siempre fue que ella seguía sola, pasaron muchos años más de esa manera.
La amistad crecía cada día, eran almas gemelas, cuando solo faltaba dos semanas para el cumpleaños número 75 de Petru, Arthur la llamo para contarle que su esposa había muerto, le contó que se fue tranquila, que ella siempre supo que no la amaba, pero él la trato y la hizo feliz a pesar de ello, ella muchas veces le ofreció dejarlo y fue él quien no quiso.
Pasaron 10 años y justo en el día de su cumpleaños Arthur llego con un ramo de rosas al departamento de la Petru, el reencuentro fue bombástico, ambos saltaron de alegría como un perro que se reencuentra con su amo, se miraban y pedían perdón mutuamente, estuvieron por muchos minutos abrazados llorando. Después de un rato volvieron a ser los de siempre, compinches, yuntas, extrovertidos, buenos para la chacota, y así fue por el resto de sus vidas, Arthur llego todos los años a saludar a Petrushka en el día de su cumpleaños, y cada vez le recordaba que la seguía amando como el primer día, claro que ahora la Petru lo tapaba a tallas ya que él estaba casado. Sin embargo Arthur, en cada cumpleaños, discretamente, preguntaba si la Petru estaba con alguien, la respuesta siempre fue que ella seguía sola, pasaron muchos años más de esa manera.
La amistad crecía cada día, eran almas gemelas, cuando solo faltaba dos semanas para el cumpleaños número 75 de Petru, Arthur la llamo para contarle que su esposa había muerto, le contó que se fue tranquila, que ella siempre supo que no la amaba, pero él la trato y la hizo feliz a pesar de ello, ella muchas veces le ofreció dejarlo y fue él quien no quiso.
Y llego el gran
día, Petrushka cumplía 75 años, y la
fiesta fue a todo trapo, la torta que mando hacer la Buty era de tres pisos, por
su parte Bridges se encargó de la decoración, todo era felicidad todo era
alegría, estaba toda la familia, La Buty y sus hijas la hija de Bridges y su amor, sus padres, como todos los años, Arthur llego con un enorme ramo
de rosas, y otra vez llovieron las tallas de un lado para otro, se recordó a
todo el mundo, incluida la difunta esposa de Arthur, se realizaron muchos
brindis, se comieron enterita la torta de tres pisos, cantaron Karaoke, y como en todas las fiestas, "El Guari" el esposo de la buty se disfrazó.
Y cuando todo ya estaba en calma, cuando casi todos ya se habían retirado, Arthur tomo de la mano a Petrushka y la llevo a la misma terraza que ella lo llevo a los 17 años, y le propuso algo que solo un alma enamorada podría hacer, un alma noble, un hombre de los que ya no hay, un hombre de los que aman solo una mujer en toda su vida, le propuso vivir juntos lo que les quedaba de vida, así como amigos, como hermanos, le pidió que la dejara cuidarla, le pidió que le permitiera ser feliz a él, y ella acepto...!!! y así como otras veces, ambos lloraron por mucho rato abrazados…
Y cuando todo ya estaba en calma, cuando casi todos ya se habían retirado, Arthur tomo de la mano a Petrushka y la llevo a la misma terraza que ella lo llevo a los 17 años, y le propuso algo que solo un alma enamorada podría hacer, un alma noble, un hombre de los que ya no hay, un hombre de los que aman solo una mujer en toda su vida, le propuso vivir juntos lo que les quedaba de vida, así como amigos, como hermanos, le pidió que la dejara cuidarla, le pidió que le permitiera ser feliz a él, y ella acepto...!!! y así como otras veces, ambos lloraron por mucho rato abrazados…
95 años
tenía Petruhzca cuando murió y como si se hubieran puesto de
acuerdo, dos días después murió Arthur… fueron los mejores 20 años de ambos...
Fin
Dedicado a las
hermanas Marisa, Ruth y muy en especial a Patricia, que fue mi
Inspiración…
Rey Neira Bustamante
Rey Neira Bustamante
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