viernes, 31 de julio de 2015

y al séptimo día...

Día 1¬
Desde mi celda puedo ver el parque, también veo el techo de las casas que están alrededor… Hay días que quisiera volar, ser libre, recorrer ese parque que veo a través de mi ventana.

Día 2¬
Llevo tanto tiempo aquí que no logro que recordar que fue lo que hice para que me condenaran a vivir entre rejas,  después pienso que tengo que haber sido muy malo y me lo merezco,  prefiero vivir en prisión y no correr el riesgo de dañar a alguien,  prefiero la angustia de tener que caminar en esta pequeña celda y no volar jamás,  a saber que pude dañar a alguien…

Día 3¬
Hoy tuve visitas, eso me alegra pues por lo general me dan mucha comida,  solo me aburren los niños, quiero aclarar que no es que no me gusten, solo que cuando vienen quiere que cante, y yo sé que puedo cantar y sé que canto hermoso, pero como cantar si mi corazón esta triste,  otros días quieren que hable, me dicen palabras para que yo las repita, eso me cansa sobremanera, solo lo soporto por la comida.

Día 4¬
Anoche no pude dormir, estuve con terribles dolores estomacales, de seguro fue por la comida de las visitas.

Día 5¬
Mi carcelero tiene una pequeña hija, la note muy preocupada por mi salud, inclusive la vi llorando, egoístamente eso me alegró, no por su dolor, si no   porque siento que alguien me quiere, porque alguien se preocupa por mi…

Día 6¬
Creo que moriré, inútiles fueron los intentos por salvarme, me puso triste la niña, lloraba mucho.

Día 7¬  
Solo hay algo que no comprendí, justo un momento antes de cerrar mis ojos para siempre, escuche que mi carcelero le decía a su hija para consolarla, no te preocupes cariño más tarde iremos a la tienda de mascotas a comprar otro “Periquito”…


Rey Neira Bustamante





jueves, 23 de julio de 2015

Tom y Jerry

Arrimó su húmeda nariz a la puerta dejando marcado un perfecto corazón en la madera, al traspasar al interior un fuerte olor a carne en descomposición penetró por sus fosas nasales produciéndole un golpe al cerebro  como una esnifada  a un cocainómano,  corrió por el pasillo, solo dos segundos se demoró en llegar al dormitorio de Tomas,  el viejo de ochenta años yacía boca abajo muerto a la orilla de la cama,  hacía diez años que se acompañaban mutuamente.
Lo había recogido un día de lluvia en  la puerta de su casa,  de inmediato se encariñaron, ingeniosamente  le puso de nombre  Jerry,   en el barrio les decían Tom y Jerry cuando los miraban pasear  y al igual que cuando se conocieron y Jerry le quitó la depresión  senil a Tomas, ahora con mucha paciencia y como si estuviera bañándolo le quito de su cuerpo sin vida todo vestigio de carne,  tres días estuvo el  animal comiéndose la carne descompuesta de su viejo amo,  cuando lo encontraron no habia mas que un  esqueleto,  blanco, pulcro,  limpio,  y aunque parezca fantasioso  e increíble, dicen que la calavera parecía tener una sonrisa… 

Rey Neira Bustamante