Con maestría oriental tomó los finos
palillos de madera, del platillo rojo
eligió un pequeño rollo de
arroz, pescado Fugu y queso Vacherin
Mont, cerró los ojos y se lo llevó a la
boca con delicadeza, en el paladar se deshizo suavemente, después de unos segundos se mezclaron los sabores
produciéndole un placer casi orgásmico, afuera, en la calle, detrás del ventanal… solo se respiraba…
Rey Neira Bustamante