Creo que tenía seis o siete años más menos, a media cuadra
de mi casa vivía la Mari L. no pondré el apellido para mantener el anonimato...
casada con dos hijos.. vos ronca por el tabaco, muy interesante, madre de mi
vecino y amigo Pablo... por alguna razón me atraía, siempre me gusto, cuando
visitaba a mi madre me quedaba siempre cerca solo para escucharla, tenía una
forma muy seductora de hablar, me pase hartos royos con la señora, recuerdo que
en una de sus visitas hablaban con mi
madre de un rumor que circulaba en el barrio sobre un romance que tendría ella
con un vecino más joven, no recuerdo su nombre, Mari se defendía de los vecinos
chismosos, me llamo la atención que ella
sonriera al hablar de aquello, ese mismo fin de semana mi madre organizo una reunión
de amigos para charlar beber un trago y picoteo... en ese tiempo se le llamaba malón, por supuesto que asistió mi vecina Mari, por más
que trate de acercarme a ella mi madre me mantuvo lejos del centro de la
reunión, me senté en la silla más lejana y desde ahí observaba a mi Mari...
grande fue mi sorpresa cuando vi entrar al vecinito involucrado en la historia...
saludo a todos y se sentó en frente de ella, desde mi posición podía verlos a
los dos, me dedique a vigilarlos, quería sorprenderlos infraganti en una mirada
cómplice o que se yo, creo que fueron celos... estaba tramando mi más siniestra forma de eliminarlo cuando
claramente ella le hizo una seña con la mirada invitándolo a salir al
antejardín, primero fue ella la que se dirigió a la puerta de salida, treinta
segundos después salió el, parecía que
solo yo me percate de las malas intenciones pues el resto ni se inmutaron por
dicha acción, de un salto me baje de mi
punto de observación y sigilosamente me escurrí a la ventana que daba al
jardín,
deslice con mucha cautela la cortina para poder ver hacia
afuera, el corazón se me subió de golpe a la boca al mirar la escena, estaban
los dos muy abrazados besándose, desde mi posición pude ver como se devoraban
la boca uno del otro, era tanta la pasión que pusieron en ese beso prohibido
que nunca lo pude olvidar, se regalaban la lengua, mordían los labios con
desesperación, se recorrían el cuerpo entero con sus caricias, el dolor de
sentirme engañado paso a un calor que recorrió todo mi cuerpo, no podía
despegar la mirada, era como si fuera yo el que estaba con ella, sentía las
mejillas hirviendo... sentí cosas que jamás sentí antes, creo que me hice un hombre aquel día, nunca mas volvería a ser el mismo...
lo que viví esa noche fue un reflejo de como viviría el resto
de mi vida, después de aquello la evitaba, pero perdone su infidelidad por darme
los mejores diez minutos de mi despertar erótico en mi niñez...
Rey Neira Bustamante
Rey Neira Bustamante