viernes, 13 de septiembre de 2013

Orgium

Ella se acercó sigilosamente a la orilla de su cama… pensó que dormía, sin embargo lo encontró llorando, si bien no la tomó por sorpresa, presintió que algo malo ocurriría esa mañana. Él secó rápidamente sus lágrimas, la tomo de las manos y la atrajo suavemente a su lado, despejó con esfuerzo la garganta, le costaba mucho emitir un sonido.
¿sabes lo que pasa verdad? Ella asistió con la cabeza, un poco por vergüenza, un poco porque algo presentía. No fue capaz de mirarlo a los ojos, él con la vista perdida en la mesita de noche trataba de borrar lo que había ocurrido esa madrugada. Tan solo nueve o diez horas antes estaba feliz esperándola en su barra preferida. Bebía un coñac con expresso, era una costumbre que adquirió en uno de sus viajes a Europa.
Cuando entró al bar con su blusa blanca cuello subido, pantalones de raso negro ajustados como una segunda piel. El cinturón colgaba de la cadera como un péndulo hipnótico. Ben sintió que una ola de calor bajaba desde sus labios a su entrepierna. “¡Querida estas radiante!”, exclamó Ben. “Lo sé, me vestí para tí”, le contestó sin titubear.
“¿Lo de siempre?”. “Sí, por favor”. Le pidió a Tomy un Martini bien seco con dos aceitunas. Tomy es el barman del pequeño bar, lo conocen desde hace un tiempo. Si bien su rostro es un poco duro y su físico parece más a un estibador que un barman, tiene una voz y una mirada cautivante que le permitió en más de una oportunidad terminar en la cama de una clienta.
Angelina saludó a Tomy con una mirada furtiva que Ben alcanzó a notar. “¿Te agrada Tomy verdad?”. “Pues no lo sé, algo tiene el tipo, pero tampoco me casaría con el”. Los dos sonrieron.
Llevaban cuatro coñac y tres martinis cuando Tomy anunció que estaban a punto de cerrar. “Hey Tomy ¿ya te vas?”, exclamó Ben. “¡Si! Esperaba que me recogieran pero me dejaron plantado…”. “Si quieres te llevamos”, intervino Angelina. Solo las copas de más de Ben lograron ocultar las verdaderas intenciones de Angelina.
Tomy, que era el único sobrio de los tres, dominó la situación de inmediato. Tomó a Angelina por la cintura mientras que atraía a Ben para que se acomodara detrás de Angelina. Cuando se abrió la puerta del ascensor los tres estaban a medio vestir. A tropezones entraron al departamento de Angelina ubicado en un barrio acomodado de Palermo.
Ben fue el primero en desnudarse. Aferró su lengua al centro de la espalda de Angelina produciéndole un escalofrió que le erizó la piel, Ben se arrodilló lentamente para terminar con su cara perdida entre las blancas nalgas de Angelina. Por la forma que le mordió los labios, Tomy se percató que Angelina estaba gozando sin mesura. Sintió un poco de envidia de Ben y sin pensarlo se arrodilló en frente de Angelina quedando ella de pie entre los dos hombres de rodillas. Su visión desde arriba hizo hervir la sangre llevándola a un estado de obscenidad absoluta.
Cuando Tomy encontró el clítoris con su lengua los chillidos de Angelina se esparcían por toda la planta. Los espasmos y temblores de la mujer producían locura de placer entre los dos hombres. Todo se cortó abruptamente cuando en un arranque de pasión y lujuria desmedida y sin que se lo propusieran se entrelazaron en la entrepierna de Angelina las lenguas de Tomy y Ben.
Rey Neira Bustamante









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